Los poemas son una excelente herramienta para introducir a los niños en el mundo de la poesía y estimular su imaginación. Los poemas con simil y onomatopeya son una forma divertida y creativa de hacerlo, ya que permiten a los pequeños explorar nuevas sensaciones y experiencias a través del lenguaje.
¿Qué es un Simil?
Un simil es una figura retórica que consiste en comparar dos elementos que tienen características en común, utilizando la palabra «como» o «parecido a». Por ejemplo, «sus ojos brillaban como estrellas en el cielo». Los simil son una forma de enriquecer la poesía y hacerla más visual y evocadora.
¿Qué es la Onomatopeya?
La onomatopeya, por otro lado, es la imitación del sonido de un objeto o una acción a través del lenguaje. Por ejemplo, «¡bum!», «¡miau!», «¡tic-tac!». Las onomatopeyas son una herramienta poderosa en la poesía, ya que añaden sonoridad y ritmo a los versos, haciendo que cobren vida en la mente del lector.
Ejemplos de Poemas con Simil y Onomatopeya para Niños
A continuación, te presentamos cinco ejemplos de poemas que incorporan simil y onomatopeya para niños:
Poema 1: La Lluvia
La lluvia cae suave como caricias de algodón,
susurra en el tejado y canta una canción.
¡Plic-ploc, plic-ploc!, susurra la lluvia,
como un niño que ríe y no tiene prisa.
Poema 2: El Viento
El viento sopla fuerte como un torbellino,
silba entre los árboles y hace bailar los trinos.
¡Ssshhhh!, silba el viento con fuerza,
como un lobo que aúlla en la noche inmersa.
Poema 3: El Mar
El mar ruge en la playa como un león rugidor,
sus olas danzan en la arena con gran fervor.
¡Brum, brum!, ruge el mar con bravura,
como un gigante que despierta y procura.
Poema 4: La Abeja
La abeja zumba en el jardín como un motor,
revolotea entre las flores con gran ardor.
¡Bzzz, bzzz!, zumba la abeja sin cesar,
como un colibrí que vuela sin parar.
Poema 5: El Tren
El tren avanza por los rieles como un dragón,
silba con fuerza y ruge como un ciclón.
¡Chu-chu, chu-chu!, silba el tren en movimiento,
como un gigante de hierro que avanza sin tormento.
Estos poemas son solo algunos ejemplos de cómo se pueden incorporar simil y onomatopeya en la poesía para niños. A través de estas figuras retóricas, los pequeños pueden estimular su imaginación, desarrollar su capacidad creativa y disfrutar de la magia de las palabras. ¡Anímate a escribir tus propios poemas con simil y onomatopeya y descubre la diversión de jugar con el lenguaje!