La niñez y la adolescencia son etapas de la vida llenas de emociones, descubrimientos y aprendizajes. Son momentos que marcan nuestro ser y que nos acompañan a lo largo de nuestra existencia. No es de extrañar entonces que muchos poetas a lo largo de la historia hayan recurrido a estos períodos de la vida para inspirar sus versos. A continuación, te presento cinco ejemplos de poemas que reflejan esta maravillosa etapa de la vida, desde la inocencia de la infancia hasta la rebeldía de la adolescencia.
1. A mi niñez perdida, por Gabriel García Márquez
A mi niñez perdida
Para ti que fuiste el dulce paraje de los juegos,
la humedad de la glorieta y la luna de los patios.
Para ti que inventaste la rosa de los vientos
y dejaste las huellas inmortales de tus pies descalzos.
Para ti que, como un junco en flor, temblabas
a los embates de mi corazón de colibrí asustado.
Para ti que fuiste mi estrella de la mañana y mi mujer de la tarde.
Para ti que, noche a noche, soñé pistas de oro
y naves de papel tapiz con destino al Limbo.
Para ti, mi niñez perdida, esta aguja de cristal.
2. Infancia, por Alfonsina Storni
Infancia
Por qué ahogaba’s la risa, hoja sonora,
y en las fibras amargas del dolor te envolviste,
Por qué entregabas, compañera, esa pura hora,
deshecha como un vaso?
Por qué ahogaba’s la risa de tu enjuta boca,
por qué faltaba’s a mi yacer inerte?
Por qué, como una flecha de resonancia loca,
mi paz arrojaste’s a la muerte?
3. Adolescencia, por Mario Benedetti
Adolescencia
En la rauda desmesura de tus alas semisueñas
eternizada vuelas
eternizada saltas
-oh maravilla, oh escándalo, oh mitad adolescente del pronombre que mira–
eternizada saltas
y no sabes –a lo mejor tú tampoco querrías saberlo–
que ni el vuelo ni el salto son tuyos
que ni siquiera te perteneces
que antes que tú y que tus alas y tus saltos van los otros
los magos, los que juegan con cartas marcadas,
los que roban lo que les sobra para vendértelo.
4. A la juventud, por Octavio Paz
A la juventud
Es un incendio de palabras, un sonido, una estrella,
un rumor de campanas, una ola, una llama;
es un beso en la noche, es un eco, una huella,
una avezuela que canta, un amor, una rama.
Es una red de deseos, un fulgor, una estrella,
una caricia de frío, un sabor, una trama;
un temblor de astros, un reflejo, una estrella,
una sílaba de agua, un rubor, una cama.
5. Mi niñez, por Gabriela Mistral
Mi niñez
Yo no tuve infancia.
Recuerdo, como si me asomes a través de un gran teatro,
todo color de lágrimas.
Separación de todos los puertos, del sol con la luna,
Y carretillas, fósforos, firmeza y entusiasmo eran cosas sabias.
–Toma el anillo. –
La honesta muñeca, el hombre desarmado
Y el abandono de la vieja muralla,
Cosa de magnolios.
–Coge la muestra. –
Todo era de un color de almas podridas;
Y el rocío de mis lágrimas corre.
Mi niñez fue dura.
La poesía como reflejo de la niñez y la adolescencia
Estos poemas nos muestran cómo la poesía es capaz de plasmar los momentos más bellos y difíciles de la niñez y la adolescencia. Desde la inocencia perdida hasta la rebeldía propia de la adolescencia, cada etapa de la vida es retratada con maestría por estos talentosos poetas. La poesía nos permite conectar con nuestras emociones más profundas y revivir esos momentos que nos han marcado para siempre.
¿Cuál es tu poema favorito que refleje la niñez o la adolescencia? Si conoces algún otro poema que crees que debería estar en esta lista, ¡compártelo con nosotros en los comentarios!